VUELVE

La incertidumbre está detrás de cada segundo que pasa, da igual lo que queramos o pensemos, nunca podremos controlar el presente próximo o el futuro. Y lo único que nos queda es aprender a ser flexibles para sobrellevar la línea llena de curvas que el presente nos va dando. _J.M.

Tu sitio está vacío.

Quiero que vuelvas.

Te echo de menos.

No entiendo porque el mundo sigue empeñado en girar igual que antes, cuando ahora ver cuesta, respirar duele y andar es un continuo juego de equilibrio.

Aún me cuesta asimilar que no vayas a volver a mi vida, sobre todo cuando yo te tengo presente todos los días en ella.

Lo siento, pero hay momentos que no puedo evitar odiar a la vida porque tú ya no estás en ella. Todo parece haber perdido el sentido, y a mí me cuesta encontrar el norte.

¿Sabes? Sigo sin entender porque en los momentos en los que más destruidos nos sentimos, tendemos (o tiendo) a destruirnos un poco más. Y yo he estado intentado que el mundo me odiara del mismo modo en el que yo le he odiado a él por haber permitido que te fueras. Y me he empeñado en buscar culpables y excusas que mitiguen y distraigan mi dolor, porque yo aún necesitaba tus abrazos, tú sonrisa, tus consejos…porque yo aún te necesitaba a mi lado.

Y aún recuerdo aquel día horrible de trabajo que llegué llorando a casa. Entré directa a darte un abrazo, poniéndote, y poniéndome, como excusa que no sabía qué hacer con mi vida y mi futuro. Lo que no sabía era que hacer en un futuro sin ti…y a día de hoy sigo sin saberlo.

Me resultó más fácil esos días en los que te culpé por no luchar por seguir a mi lado, a nuestro lado. Y me resulta más difícil cuando entendí que tú siempre habías sido consciente de todo, pero una vez más decidiste ponerte una sonrisa, coger tu buena actitud y seguir disfrutando de todos tus momentos; por tí, por los tuyos, por mí.

No sabes lo que me cuesta transmitir lo que tu ausencia supone, y creo que nunca voy a encontrar palabras suficientes para expresar el dolor y el vacío tan grande que has dejado.

Eras una persona mágica y siempre transmitías ilusión, fuerza y alegría a cualquier persona que se cruzara en tú vida. Y no me gusta hablar en pasado, porque siempre lo seguirás siendo dentro de todas las personas que te han conocido.

Me has dejado un gran ejemplo y un millón de enseñanzas que seguir. Y aunque ahora sólo sienta vacío y dolor, quiero que sepas que todo lo que eras es la mejor herencia y el mejor regalo que un padre puede dejar a un hijo. Y es así cómo te tendré presente siempre.

Y ahora que tú ya no estás aquí para cuidarme, te prometo ser yo quien me cuide y también que dejaré que me cuiden.

Gracias por tanto.

Te quiero Papá.

_S.

Fotografías: Pinterest