Hasta el año que viene

La felicidad consiste en vivir cada día como si fuera el primer día de tu luna de miel y el último día de tus vacaciones.

– Tolstoy

Querido septiembre,

Te seré sincera, espero mucho de ti. No ha sido un verano fácil. No ha sido malo, pero tampoco bueno. Ha habido momentos para guardar por siempre en una cajita bajo llave y poder abrirla de vez en cuando, pero ha habido otros que mejor no volver a recordar en mucho tiempo.

La verdad, espero de ti que nos regales unos grados menos. Madrid es muy difícil cuando hace tanto calor. Ya se van cerrando las piscinas y se van terminando los fines de semana de escaparse a la playa, así que por favor, regálanos días de esos en los que se puede dormir tapado o salir de casa con una capa de más.

También espero que nos introduzcas de golpe en la rutina. Siempre he sido más de cambios radicales, no me gusta eso de ir adaptándome poco a poco. Trae ya de vuelta a todo el mundo de vacaciones y devuélveme los lunes con despertador. Si tiene que ser así, mejor empezar de golpe.

Tengo grandes planes para ti, espero que no me defraudes. Voy a tener en tus días cerca a personas que el resto de meses del año están lejos, así que pienso aprovecharlos al máximo.

Espero un fin de semana de pleno al cinco, y ya de regalo algún que otro momento más.

También espero de ti muchos atardeceres más, agotar cada uno de tus días, cada vez más cortos, en todas esas terrazas y azoteas de la ciudad que cerrarán dentro de poco por el frío. Seguro que con menos calor las disfrutamos más y mejor, y les decimos adiós con más ganas hasta el verano que viene.

Querido septiembre, no te voy a mentir, espero mucho de ti. Pero sé que por muy duro que parezcas cada año, nunca defraudas.

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